Religioso nicaragüense
- Uno de los asesores del presidente Daniel Ortega.
- Ordenación sacerdotal: 10 de agosto de 1958
- Nombre: Miguel Obando y Bravo
Miguel Obando nació el 2 de febrero de 1926 en La Libertad, Chontales, Nicaragua.
Realizó estudios en casas de formación salesianas en San Salvador, El Salvador (latín, griego, teología, pedagogía, matemáticas, física y filosofía); en Guatemala, Guatemala (teología); y en Colombia y Venezuela (psicología vocacional).
Miguel Obando fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1958.
Profesor de matemáticas y física en Nicaragua y El Salvador, de 1958 a 1959.
Prefecto de disciplina en el Seminario Salesiano de San Salvador, de 1959 a 1961; rector del Instituto Rinaldi y del Seminario Salesiano de San Salvador, de 1961 a 1968.
Miguel Obando fue miembro del consejo provincial de la Sociedad Salesiana en Centroamérica, de 1962 a 1968. Delegado de Centroamérica y Panamá al capítulo general salesiano en Roma, en 1965.
Se le nombró obispo titular de Puzia di Bizacena y auxiliar de Matagalpa el 18 de enero de 1968.
Presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, de 1971 a 1974 y de 1979 a 1983. Presidente del Secretariado Episcopal de Centroamérica y Panamá, de 1976 a 1980.
Miguel Obando recibió el Premio Bruno Kreisky por la Paz y la Libertad en Viena, Austria, en 1979; la Placa por la Paz y la Libertad del Pueblo Nicaragüense en San Francisco, Estados Unidos, en 1980; la Carta de Hermandad de la Sociedad Piarista de Managua, en 1980; la Orden de Francisco Miranda de Venezuela, en 1981; y la Distinción de Lealtad al Papa, a la Iglesia y al Pueblo Nicaragüense, otorgada por la Central de Trabajadores Nicaragüense (CTN), en 1982.
Nombrado cardenal presbítero en 1985.
Ejerció como arzobispo titular de Managua desde 1970 hasta 2005.
Falleció el 3 de junio de 2018 en Managua, Nicaragua.
Ordenación
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10 de agosto de 1958
Consagración episcopal
31 de marzo de 1968 por monseñor Marco Antonio García y Suárez, Obispo de Granada
Promovido a la Sede Metropolitana de Managua, el 16 de febrero de 1970
Proclamación cardenalicia
25 de mayo de 1985 por Juan Pablo II